Tengo
que decir que el hilo conductor de lo que os voy a contar lo escribí, hace ya
casi veinticuatro años, con ocasión de la edición de un número especial del
Boletín Informativo del Comité Local del PCA ONDA ROJA. Por eso es posible que
muchas de las cosas que vaya diciendo os suene a alguno de los que estéis aquí.
Otros probablemente ni siquiera habíais nacido. Quiero decir también que gran
parte de las cosas que contaré se las debo a los camaradas Virginia y Calegio,
ya fallecidos, a los que es de justicia recordar y al camarada José de la
Pelona, que fueron los artífices reales de aquella narración a la que luego dí forma y a los que con seguridad volveré a mencionar más adelante.
Ni
que decir tiene, que si me he atrevido a hacer esta intervención es
principalmente por las muchas cosas que compartí con el camarada Miguel y también
por el especial cariño que le tengo a Rosario, su compañera. En mi casa,
enmarcada, conservo aquella foto que nos hicimos los cuatros Miguel y Rosario,
mi mujer y yo, con la bandera del partido en la fiesta del PCE del año 1982 a
la que fuimos a trabajar como militantes.
Por
anticipado pido disculpas si en algo puedo meter la pata, pero les garantizo
que todo está hecho desde el sentimiento.
Esa
es la frase que, junto a la hoz y el martillo del Partido Comunista de España,
figura en una lápida en un pequeño panteón familiar situado a la entrada del
cementerio municipal. Casualmente un tipo de sepultura autóctona de Trebujena
que se encuentra incluida en la base de datos del Patrimonio Cultural de
Andalucía. Un panteón delante del cual los trebujeneros recordamos cada Primero
de Mayo a nuestro compañero y camarada “Maestrito”.
Pero
¿Quién era Maestrito?
Miguel
Campos Varela, nació en Trebujena el día 9 de Diciembre de 1932. El segundo de
seis hermanos, vivió su infancia en la calle llamada hoy Doña Amparo Salazar,
que era precisamente su abuela paterna; una maestra de escuela destinada a
Trebujena, que vino a casarse con un trebujenero para asentar aquí
definitivamente su vida. Su padre era zapatero de profesión, aunque ello no
significaba que fuese este su único trabajo, ya que, también trabajaba en el campo.
Ya
de niño, Miguel demostró una personalidad inquieta y cuentan sus amigos que durante
algún tiempo tuvo una gran afición por los toros y que quiso ser torero.
Escondía a sus padres los útiles del toreo y a hurtadillas, como un maletilla
cualquiera, se iba a torear. Ello le valió más de un revolcón. Luego le pedía a
los amigos que le curaban que no dijese nada a su madre hasta la mañana
siguiente.
La
personalidad inquieta del Maestrito estaba íntimamente unida a una gran humanidad
y a un gran sentido del compañerismo. Así sabemos que en una ocasión se
enfrentó a los Guardas de Campo porque estaban maltratando a un anciano:
"Lo libró de la paliza y se lo llevó a su casa a comer". Me contaron.
Durante
su niñez, guardó los cochinos de una piara que tenía su abuela. Uno de sus
amigos de entonces, José Ruiz Gatica ("El Cojo de la Pelona"), que
también guardaba cochinos, cuenta que en aquellos tiempos de escasez y de
hambre, le quitaba el pan a su abuela para dárselo a él que estaba muerto de
hambre y que esto no era sólo con él, sino con cualquiera que estuviese en esta
situación.
Cuando
la emigración era la única salida, Miguel Campos también emigró en bastantes
ocasiones. Así conoció los países extranjeros: Francia, Suiza y Holanda. Su
compañerismo vuelve a ponerse de manifiesto allí, dos de sus grandes amigos de
esta época, Antonio Arana Cabral y Juan Beato Rodríguez ("El Calegio"
y "El Virginia") recuerdan que era el que les hacía de comer. Para
preparar la comida del mediodía, sus compañeros le hacían que diese de mano una
hora antes "pero a la vuelta al tajo cogía los liños que le correspondían
y se emparejaba con los demás". Cuentan que a la cena de la noche,
normalmente "papas fritas", Miguel empezaba a freirlas y a medida que
iban saliendo de la sartén las iba repartiendo a cada uno para que no se
enfriaran y que siempre su plato fué el último, cuando ya todos habían comido.
Esta anécdota que muestra su talante ha seguido repitiéndose, así lo afirman
quienes estuvieron con él en Palencia en la remolacha y en las papas.
No
ha sido tampoco una sola vez cuando en la puerta de la sede ha repartido la
fruta, las cebollas o cualquier cosa que trajese del campo.
Tan
enemigo de la ostentación, tan amigo de la honradez, tan fiel compañero y tanta
sinceridad, le hicieron siempre compartir cuanto tenía. Quizás por ello quienes
trataron con él y quienes le conocían le respetaban y le querían. Su hermano
Pepe Campos escribiría: “Tu vida , que
como la de los grandes hombres ha sido breve pero fecunda, pletórica de
generosidad , de sacrificios, de lucha, de honestidad, de sufrimientos…/… Hay
que tener un corazón grande, por ese motivo no te entregaste, como solemos
hacer la mayoría, sólo a tu familia y a tu casa: No te bastaba, eso era poco para
ti; necesitabas amar más y te volcaste con todos: En ese corazón inmenso
tuvieron cabida tu mujer y tus hijos, tus hermanos, tus amigos, los camaradas
del Partido y sobre todos: los jornaleros, los parados…¡Los oprimidos!”
Gran
trabajador, aprendió pronto y rápido todas las faenas del campo, de las que
también llegó a ser un maestro. Pero también su actitud ante las injusticias y
su rebeldía ante quienes intentaban atropellar a los trabajadores le valió que
en más de una ocasión no le llevaran a trabajar a los campos, pero ésto ya
forma parte de la otra historia, la historia de su vida política ..
El
mismo, siempre diferenciaba dos cosas distintas : Una, ser político y otra: Hacer
política. Decía, y así era, que él no era político, que él hacía política, que
es distinto. Su "hacer política" siempre fue estar al lado de los
trabajadores, en la vanguardia, defendiéndoles y luchando codo con codo.
"La persona que más me condujo a ser como soy, a pensar como pienso, fué mi madre, que sin tener mucho que ver con el pasado, fué una mujer que nunca olvidó la barbarie de aquel pasado y normalmente en los ratos libres, en mi casa, nos reunía a todos alrededor de la mesa, nos hablaba de aquel pasado, nos hablaba de la república y nos leía bastantes libros, al calor de la copa, entonces de picón y prácticamente fué la persona que me hizo crear un espíritu revolucionario, una forma de rebeldía ante los poderes y eso que desde chico, mi madre, no quizás con esa intención, nos explicaba , fué algo que se me fue metiendo dentro de mi cabeza y a partir de ahí empecé a pensar como pienso, a ser como soy. Yo creo que no soy del Partido Comunista desde que me afilié, yo era del Partido Comunista de mucho antes.
"La persona que más me condujo a ser como soy, a pensar como pienso, fué mi madre, que sin tener mucho que ver con el pasado, fué una mujer que nunca olvidó la barbarie de aquel pasado y normalmente en los ratos libres, en mi casa, nos reunía a todos alrededor de la mesa, nos hablaba de aquel pasado, nos hablaba de la república y nos leía bastantes libros, al calor de la copa, entonces de picón y prácticamente fué la persona que me hizo crear un espíritu revolucionario, una forma de rebeldía ante los poderes y eso que desde chico, mi madre, no quizás con esa intención, nos explicaba , fué algo que se me fue metiendo dentro de mi cabeza y a partir de ahí empecé a pensar como pienso, a ser como soy. Yo creo que no soy del Partido Comunista desde que me afilié, yo era del Partido Comunista de mucho antes.
Empecé
a trabajar en una viña, con catorce años, donde la gente que allí trabajaba, en
el rato de ocio de la noche, sentado en el fogarín, normalmente se hablaba de
política, se leía la prensa y se discutía de política, desde el capataz hasta el
último peón y todo esto fue creando en mí mi forma de pensar, mi forma de amar
a la Unión Soviética y mi forma de abrazar y de querer las ideas del
comunismo".
Así
se expresaba en una entrevista en Onda Roja en Agosto de 1987. Una de las pocas
veces en que habló de su pasado, ya que ni siquiera a sus amigos más íntimos le
gustaba contar su historia. Por cierto que pudo viajar a esa Unión Soviética.
Aún recuerdo sus fotos en la plaza Roja de Moscú.
Y
así debió ser, porque su actividad política y de lucha contra el régimen de Franco
empezó desde muy temprano. Con apenas quince años, fué detenido la primera vez:
la causa, un pasquín en una fachada del cruce de la carretera de Jerez contra
Franco.
Me
contaron que el primer contacto con el Partido Comunista lo tuvo Miguel a
través de un fotógrafo (o al menos alguien que decía ser fotógrafo y que no
hemos podido indentificar).
Este
hombre contactó con algunos de los que habían estado escondidos después de la
guerra civil y éstos lo enviaron a hablar con el Maestrito.
Posteriormente
la emigración: "Fuí a la emigración y entonces, yo que creía que irse a
emigrar a Francia, a un país que llevaba muchos años siendo un país libre, un país
demócrata. Yo iba con mucha ilusión, porque creía que allí 'Ia clase obrera,
los trabajadores eran más libres. Y no era cierto. Los trabajadores en Francia
eran libres, siempre que pensaran políticamente, pero en el momento que en el
tema reivindicativo, en defensa de sus derechos, de sus mejoras de trabajo, se
retaban las empresas, se acababa la libertad y entraba la dictadura del
capital.
Francia,
Suiza y Holanda, fueron los países a los que emigró. De éste último país fué
expulsado a causa de una huelga de brazos caídos reclamando para los emigrantes
unas mínimas condiciones de vida que se equipararan a la de los holandeses.
Fundó
las primeras células del Partido Comunista en Trebujena, que tenía contactos principalmente
con Sanlúcar y Jerez. Se distribuía Mundo Obrero y escuchaban la Pirenáica.
Pero
de todas formas, su gran batalla fueron las Comisiones Obreras del Campo, la
gran huelga de los años sesenta, donde se consiguieron importantes mejoras
salariales para los trabajadores del campo, trajo consigo la caída de manos de
la brigada político social, de Miguel Campos y gran parte de la Organización
Provincial del Partido Comunista. Asumió toda la responsabilidad y ocultó los
nombres de los demás militantes del P.C. en Trebujena, lo que le valió la
cárcel.
El
Periódico la Vanguardia Española del
miércoles 10 de septiembre de 1971 escribiría: “Confirmadas penas por asociación
ilícita. Persona no identificada,
vecino de Jerez de la Frontera, perteneciente al Partido Comunista de España,
tenía la consigna de hacer proselitismo. y consiguió, a finales de 1967, que se
sumara al Partido Miguel Campos Varela, residente en Trebujena, también de la
provincia de Cádiz, a primeros de 1968 Campos lograba que igualmente se
afiliara al partido José Cordero Marchena. El desconocido, Campos y Cordero
realizaron campañas de proselitismo aprovecharon Ias situaciones conflictivas
para dejar constancia de la existencia del Partido, cotizaron periódicamente
para la clandestina organización, mantuvieron relaciones con correligionarios
de localidades próximas e intercambiaron propaganda con los mismos. Juzgados
Cordero y Campos por el Tribunal de Orden Público, éste declaró probado todo lo
anterior en su sentencia y condenó a los
procesados, como autores de un delito de asociación ilícita a Campos a un año
de prisión, y a Cordero a nueve meses. Los condenados recurrieron contra el auto
judicial y la sala segunda del Supremo ha desestimado sus recursos, confirmando
totalmente el texto judicial recurrido.”
Posteriormente,
ya en la legalidad, fue miembro del Comité Provincial y Regional del PCE, y de
la Ejecutiva Provincial de Comisiones Obreras. Cargos que compartía con los de
miembro de la Ejecutiva Local de CC.OO. y Comité Local, de los que fué
Secretario en más de una ocasión. Y los viajes por la sierra gaditana en
campaña y fuera de campaña en esos Seat
127 del Aurelio y del Tito Camacho o en el dos caballos del Pepe o el Julio
Naja. Nunca con prisa. Sabíamos cuando íbamos pero nunca cuando íbamos a volver,
porque siempre había algún camarada con
quien continuar la conversación después de la reunión. Me acuerdo especialmente
del Peri un camarada de Algodonales que venía a echar la vendimia en el campo
Jerez y que alojábamos con otros compañeros en la planta alta de la Sede antes
de la nueva construcción.
Siempre
dispuesto a las decisiones del Partido. Fué elegido Concejal del Ayuntamiento en
Abril de 1979, cargo en que permaneció hasta su lamentable muerte.
Diputado
Provincial en la primera legislatura por la comarca de Sanlúcar, fué encargado de
la asistencia social. Dejando un grato recuerdo de su estancia entre los
trabajadores de los centros asistenciales de la Diputación el que os habla fue
testigo de la afabilidad con la que lo recibían siempre las monjas del Hogar de
los Dolores que cuando se enteraron de que un Diputado Comunista se iba a hacer
cargo del hogar se echaron a temblar, pero que los hechos y la nobleza de
Miguel le llevaron luego a un quererlo con respeto. En el año 96 ó 97 tuve
ocasión de volver a ese Hogar de Los Dolores y todavía recordaban con cariño a
don Miguel el Diputado Comunista de Trebujena.
Pero
ser Concejal y Diputado no le hizo apartarse nunca de su gente, de la lucha, en
septiembre de 1984 organizamos la marcha a Sevilla por el regadío de las
marismas y Diario 16 escribiría de boca de Miguel Campos “No vamos a Sevilla
para hablar de empleo comunitario o del PER, vamos a hablar de que la inversión
pública del Plan de Empleo Rural se
invierta en el regadío de las marismas, ya que generar esos puestos de trabajo
urge más que arreglar calles o reparar comisarías de policía”. También Mundo Obrero reproduciría sus
palabras: “Estamos en una zona muy rica donde, con un buen regadío se puede
producir un aprovechamiento integral…” Saco esto a colación porque me
cuenta que en estos días se ha escrito por las redes sociales que el Maestrito
no estaba a favor del regadío de las marismas de Trebujena y a mi me parece que
aquí viene a cuento aquella frase que dice “Soy responsable de lo que hablo, no
de lo que usted entiende”. Lo que si es cierto es que a Miguel no le gustaba la
forma en que se gestionaron las parcelas de la vecina Lebrija, pero para eso
tendríamos que hablar también de su apuesta por el Cooperativismo como forma de
economía social. Y justo es recordar aquí la fundación de la Cooperativa de
Consumo Colobona que fue el buque insignia del Cooperativismo Trebujenero,
aunque luego, cuando dejamos de lado el voluntarismo y el espíritu solidario
con que se creó y la convertimos en pura economía de mercado, la dejásemos
morir tristemente. Si todos hubiésemos entendido bien su valor solidario y
cooperativo seguramente en estos tiempos que corren ahora hubiera sido un
instrumento útil para muchas cosas.
En
Junio de 1987, sufriría en sus propias carnes la derrota de Izquierda Unida en
las municipales de Trebujena. El Partido decidió, muy a pesar de Miguel, que fuese
el candidato a la Alcaldía y pagó con creces los errores de su Partido en una
inmerecida derrota que por mucho, que sus camaradas le acompañaran, soportó, como
tantas otras cosas, en solitario llenándonos de ánimos a los demás. Recuerdo
perfectamente como al día siguiente de las elecciones del 87, en la sede, no
pude aguantar más la tensión y me fui con las lagrimas en la cara a un rincón y
allí se vino él detrás de mi me echó el brazo por lo alto y me dijo: “Las
próximas las ganamos. Nosotros siempre con los trabajadores y las ganamos” Y
así fue aunque él no pudiera verlo. Por entonces Juan Oliveros diría: Esa será siempre la deuda que el pueblo de
Trebujena tendrá con él, puesto que nadie en la historia de este pueblo podía,
por méritos propios, ser el alcalde de Trebujena mejor que él”
Sin
un mal reproche, con el análisis frío y sereno y dispuesto a trabajar siempre. Lo
mismo cogía el cepillo para barrer la plaza después de quitar la caseta de
feria que le hablaba a los trabajadores de sus propios problemas en su propia
lengua. Disciplinado, muy disciplinado con las decisiones colectivas del
Partido. Manuel Gómez de la Torre Secretario Provincial del PCA en 1990
escribiría: “Desde su militancia
responsable, desde su voz inconfundible, Miguel va a seguir representando la
dignidad de una clase que en su lucha diaria construye paso a paso la utopía
necesaria”.
Un
trabajo que se vió interrumpido por una cruel enfermedad a principios de
Diciembre de 1990, que le llevaría al quirófano de inmediato y aún, recién
operado, de vuelta ya a Trebujena, demostró su vida de siempre, su estar en
todo momento al lado de los trabajadores. Con una gorra de pana y la cabeza
rapada, acudiría a una concentración de trabajadores en la plaza del
Ayuntamiento. En palabras de Pepe Mena: “ Siempre
lo estaré viendo: Su voz grave y serena , la firmeza en sus intervenciones,
crítico honesto, receptivo a todo lo nuevo, inteligente y luchador incansable.
Tenía, como decía Lenín: El mejor ropaje de un autentico comunista, la firmeza
sencillez y humanidad.
Después
fué apagándose lentamente hasta que este nuestro camarada y amigo, nuestro fiel
compañero y ejemplar hombre, descansó definitivamente en la madrugada del día 1
de Julio de 1990.
Aun
después de muerto, tuvimos que soportar el pretendido desprecio de un Alcalde
que no supo -o no quiso- estar a la altura de la grandeza de Miguel Campos. Ni
ofreció el Ayuntamiento para su despedida ni nosotros se lo pedimos, después de
su casa la penúltima etapa fue en la sede, en su sede, en su casa… y su hija
escribiría:
Seguiremos tu lucha
te seguiremos a ti, porque
tu eres la la lucha
la esperanza, la paz…
El
pueblo de Trebujena, sus camaradas, sus amigos y sus familiares lloraron y siguen recordando su pérdida, por eso no es
de extrañar que en el carnaval de Trebujena, que es siempre la crónica del
pueblo, se cantasen al año pasodobles dedicados a Miguel. La comparsa “Donantes
de Coplas” de la pluma de “El Pantorra” cantaría:
Maestro,
aunque ya guarde silencio
los trebujeneros recordarán
siempre
aquel corazón que caliente
que firme y valiente luchó
hasta el fin
Por su parte la comparsa hijos de la Mar con
letra de Diego Rosado diría
Sabes que tardará mucho
en nacer en Trebujena
un MAESTRO en libertades
y tan puro en sus ideas.
En 1997 era la
Chirigota infantil “Los fistros de la Pradera” la que, con motivo de la
colocación de su monumento cantaría:
Todos lo conocieron por
Maestrito
Hombre que por su pueblo
siempre luchó
Que “peazo” tio fue ese
hombre sencillo
Que a su apellido honró,
siempre luchador
El año antes, Marcelino Camacho, había descubierto la
estatua que el Ayuntamiento junto con la Plataforma pro-monumento Miguel Campos
Maestrito habían costeado con una suscripción popular e instalado en la plaza
de su nombre, justamente en frente de donde hoy está la sede de Comisiones
Obreras.
Del manifiesto promonumento entresacamos. “ consciente de que por mucho que hagamos siempre será poco para resarcir al compañero Miguel por su lucha diaria y totalmente desinteresada, y aún a sabiendas de que él nunca esperó nada a cambio por su trabajo, y menos aún un homenaje a su persona de estas características. No obstante creemos que lo mínimo que podíamos hacer en recuerdo de su memoria, de su inquebrantable voluntad de trabajador comprometido hasta las últimas consecuencias y a su intachable y difícilmente igualable grado de moralidad y humanidad, era contribuir a la construcción de dicho monumento, así como hacer extensible esa posibilidad a todo el pueblo de Trebujena y lo que es más importante, hacer que la figura y trayectoria de Miguel se siga conociendo en las generaciones venideras.
Del manifiesto promonumento entresacamos. “ consciente de que por mucho que hagamos siempre será poco para resarcir al compañero Miguel por su lucha diaria y totalmente desinteresada, y aún a sabiendas de que él nunca esperó nada a cambio por su trabajo, y menos aún un homenaje a su persona de estas características. No obstante creemos que lo mínimo que podíamos hacer en recuerdo de su memoria, de su inquebrantable voluntad de trabajador comprometido hasta las últimas consecuencias y a su intachable y difícilmente igualable grado de moralidad y humanidad, era contribuir a la construcción de dicho monumento, así como hacer extensible esa posibilidad a todo el pueblo de Trebujena y lo que es más importante, hacer que la figura y trayectoria de Miguel se siga conociendo en las generaciones venideras.
Ya en el año 94
la comparsa Truanes había escrito un pasodoble que reivindicaba:
Por más que
busco no encuentro
el busto de
un luchador
que le
decían Maestro
y se
llamaba Miguel.
Bien se
merece un recuerdo
por su forma
de actuar
que le
sirva a nuestro pueblo
como espejo
de coherencia y libertad.
Lamentablemente
fue un pasodoble piloto que por cambios en la música luego no se llegó a
cantar.
Voy terminando con un párrafo escrito por Felipe
Alcaraz: “ Volverá a sonar el cañón de
proa del “Aurora” y tal vez desate una nueva forma de transformación, una gran
alianza de la gente conquistando su
futuro pero ahí estará sin duda “Maestrito”, porque su lucha no se pierde, no
se ha perdido: Su lucha es nuestra lucha”
Y bueno sería que en estos tiempos confusos y
convulsos la clase obrera y sus organizaciones supieran converger en los puntos
de encuentro, en los puntos de lucha. Bueno sería que fuesemos generosos y
humildes y dejásemos de lado las batallas entre nosotros. Bueno sería que no
abonásemos la división de los trabajadores, porque sin buscar la unidad no
seremos más revolucionarios sino que estaremos socavando nuestros propios
cimientos. Bueno sería que tuviéramos siempre claro donde están los adversarios
y no caer en sus continuas trampas. Los que ya llevamos años en esto sabemos
que nuestra lucha es de largo recorrido.
Como dijera Don Quijote: “Por la libertad, así
como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. A ello dedicó Miguel
Campos toda su vida a luchar por la libertad. Maestrito tenía los pies en la
Tierra de Sancho y el idealismo de Don Quijote. Y esta combinación explota
siempre en la lucha por la libertad, por la democracia y por los derechos de
los trabajadores.
Muchas Gracias.
In memoriam
Miguel Campos “Maestrito”
1932 -1990
Trebujena, 26 de marzo de 2014
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